miércoles, 25 de mayo de 2011

Emm ...

Las llaves, el celular y estoy lista. La puerta de afuera está como mala, algo le pasa que cada vez que quiero abrir, se traba. Por fin la abro, después de unos largos tres minutos. Camino despacio. Me toco los bosillos de la chaqueta para buscar los cigarros. En esta oportunidad me compré Viceroy. Aunque siempre he pensado que son cigarros para hombres, pero bueno. Me quedan cinco cigarros. Parece que estoy fumando mucho. Tendré que dejar de fumar tanto, pienso en mi interior. Sonrío, pues sé que eso no pasará. Los encuentro, ya quedan sólo cuatro. CUATRO, muy poco. El encendedor no prende de inmediato. Ya, una vez prendido, siento la brisa y pareciera que me acaricia el rostro. ¡No me pinté los ojos!. Pienso en devolverme, pero no, ya es muy tarde. Sigo caminando, pero me tapo la cabeza con el gorro de la chaqueta. Es como si así nadie pudiese verme. Sonrío por segunda vez, sé que todo el mundo igualmente me verá. De lejos, un ex compañero del colegio. Trato de hacer que no lo vi, pero ya es muy tarde. Hola. Bien, ¿y tú?. Me pide fuego. Le paso mi encendedor. Es azul. Me broméa por el color. Dice algo como "te cambiaste de equipo". Sonrío por tercera vez, pero ahora forzadamente, como para caer bien. Tomo mi encendedor. Chao, que estés bien. Típica afirmación que hace todo el mundo antes de despedirse. Camino rápido. No quiero encontrarme con nadie más, vuelvo a pensar. Pienso en cosas. Tal vez debo parar acá. Un negocio. Claro, me hace falta un chicle. ¿Tiene de sandía?. No le quedan, entonces de menta. El cigarro está a punto de acabarse. Pienso en sacar otro, pero es muy pronto. Me siento en una banca. Hacia mi derecha, un par de jóvenes. Pololos, al parecer. Casi logro oír lo que se dicen. Algo así como "mañana tení´que ir a buscarme, si no me enojo". No es una advertencia, pues ella sonríe. Miro el suelo. Un perro color café me mira angustiado. Lo toco. Lo acaricio. No tengo nada para darle. Sonrío por cuarta vez. Pero es una sonrisa sincera. Le estoy sonriendo al perrito. Pienso en que en este mismo instante debería estar en Redacción periodística. Pero no, estoy en mi casa. O cerca. Me aburrí. Camino de vuelta hacia mi casa. Pero antes, prendo un cigarro. Me quedan tres en la cajetilla. TRES, muy poco. El viento trata imperiosamente de apagar el fuego del encendedor. Pongo mi mano para cubrir el fuego del viento. Lo logro. Miro mi mano. Parece estar congelada. Hace frío. Meto la mano libre en mi chaqueta. Ahí está mucho mejor. Una vecina me observa de lejos. No entiendo por qué se mete en todo. Debería preocuparse por su hijo, es como drogadicto. Osea, no es como... es. Sigo mi camino. Media cuadra y llego. Se asoma mi gato. Su cascabel me avisa que es él. Lo llamo. No "pesca". Filo, igual adentro me va a buscar. Miro el cielo. Está bonito. No quiero pensar en nadie, pues no me interesa. Trato de abrir la puerta, se traba. Una patada. Listo, se abrió. Cayó en el viejo truco. Mi mamá me muestra un cuadro. Retrató a jesús. Lindo le quedó. Llego al PC y me siento a escribir esto. Sonrío por última vez. Sonrío de las veces que sonreí en mi breve paseo. Risas falsas, risas sinceras. Así son las cosas en la vida. Me aburrí de estar acá, escribiendo. Pero antes, pienso en el resultado del partido de mañana. Me acordé del partido porque en twitter alguien puso "Aguante el bulla". Me daría asco escribir algo así. Gustos de cada uno, supongo. En fin, creo que mi "súper" rutina llega hasta acá. Gracias por darte la lata de leer todo esto. Ya, si sé que está todo junto. No hice puntos aparte. Cosas que aprende uno en la universidad. Tengo que aplicarlo, ¿no?.

3 comentarios:

  1. la vida,
    estuve a punto de unfollow, por que yo fumo Kent.....jajajaja
    pase a tratar de saber de ti, cariños
    @malebrand

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  2. jejeej acá estamos, viviendo, o mejor dicho, sovreviviendo.
    Saludos, aunque yo prefiero los click and roll :)

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