martes, 26 de abril de 2011

Imposible volver atrás


- ¡ Qué me tomes, te digo! , es lo único que te puedo ofrecer para que sepas que estoy hablando en serio.
- Tú estás loca, hace años que no estamos juntos y quieres que yo ...
- Sí, quiero ser tuya. ¡Tómame y sabrás que hablo en serio!

Francisco se deja caer en el sillón, nervioso e impaciente. El cuerpo de Pamela es su debilidad, desde siempre. En su cabeza gira la idea de volver a poseerla, pero él ya tiene a su nuevo amor, su nueva vida en la que Pamela no tiene lugar.

- ¿Qué pasa, Francisco?. Ven, al menos siéntate a mi lado.

Pero, él sabe que sentarse al lado de Pamela es correr un grave peligro.

- No, acá estoy bien. Y no insistas, no tengo ganas.
- ¿Qué no tienes ganas, tú, Francisco? ¡por favor, te conozco demasiado como para saber que mientes! Dime, ¿qué pasa?

Mientras, ella se saca el chaleco quedando ligera de ropa. Lo mira fíjamente y se saborea los labios, eso que tanto lo enloquecía hace un par de años atrás.
Por su parte, Francisco intentaba no mirarle, pero el deseo, impulsado por la carne, era mucho más poderoso.

- Nada, no pasa nada. No quiero no más, punto.


Pamela, agotada por la situación, decide no esperarle más. Se para y le toma la mano.

- Ya, tonto, ven un rato. Quiero que no te queden dudas de que podemos volver.

Francisco, con las manos sudando y la cara a punto de explotarle, se levanta del sillón, rápidamente.


- ¿Sabes lo que pasa, Pamela?
- ¿m?
- Que ya no somos los mismos ... eso pasa.


Toma sus cosas, y se marcha.
Pamela llora, pero porque sabe que Francisco tiene razón.
¡Ya no somos los mismos, maldita sea!

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