Cierra los ojos, pero bien cerrados (¡no hagas trampa!). Dibuja, en tu mente, tu vida ideal. Traza cada línea, que te servirá para crear tu mundo. Tu propio y único mundo. Contempla cada situación que te gustaría vivir o re-vivir?. Casi no respires, pues puedes hacer que tus sueños ya creados se esfumen. Cruza las manos y los pies, así los tendrás inmóviles.
Suena loco, pero la vida es como un partido de fútbol -perdón, me es inevitable sacarlo al baile-. La vida sólo se termina con el pitazo final. Bueno, la vida no es solamente un partido, son muchos que hay que jugarlos hasta que se terminen. Dejar todo, abandonarse y continuar con lo que, bien adentro de tí, está palpitando. Si se pierde, bueno, nos levantamos y seguimos. Total, quedan muchas situaciones más para reivindicarse. Pero cada momento, es una lucha por ganar. Ganarle al mundo, o bien, a sí mismo. Luchas internas - prefiero llamarlas-. Ese sentir de no saber para donde ir. Esos ojos perdidos, ¿en qué?, en eso que sólo uno sabe -o quizás ni eso -. Alguien con tan poca edad como yo - 19 años, cosa que tampoco deja de ser - no puede aconsejar de manera tan, cómo decirlo, frontal. Pero, si de algo sé, es de fijar metar, mirar más allá de lo que mis propios ojos ven. Seguir, hasta que ya no me den los pies, y las fuerzas. ¡Pero tengo que conseguirlo!.
Sigue imaginando tu mundo. Generalmente se sueñan cosas ambiciosas. O se sueña con tener aquello que carecemos. Abre los ojos. ¡Esta es tu realidad!, ¡Este es tu mundo real!. Déjate de cosas, para de mentirte. Mejor ni sueñes. Mejor vive. Vive con la simpleza, delira con las cosas más pequeñas que te regala la vida. Todos nos mentimos, me gustaría esto, sueño con tener ...y bla bla bla. Está bien, yo suelo mentirme bastante. Pero de sueños vive el hombre. Aunque, a decir verdad, prefiero vivir de realidades.
Toma en cuenta sólo algunas partes de este escrito, pues mi cabeza da vueltas en ideas, bastante absurdas en este momento.
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