No es que no haya podido, no quise.
Y tampoco me arrepiento, sólo lo siento tanto.
Siento todo esto, este mundo en que te hice vivir tanto tiempo.
Sin quererlo, sin pensarlo.
Dejé ese gustito amargo, sin quererlo y sin pensarlo.
Tanto tiempo y no pude detenerme a pensar.
O quizás si lo hice, pero no me di cuenta.
Y tus ojos, llenos de lágrimas brotando desesperadamente.
Lágrimas cuya culpa es totalmente mía. o parcialmente.
Ahora que lo pienso con calma, me quiero morir en el inframundo inventado por mí.
Me mataría a miradas despectivas, y entre sollozos, me lastimaría. Por tí, por el daño.
¿Qué mal se siente cierto?, ¡Qué mal me siento!. Maldita sea ... maldita mi suerte.
Pásame el puñal, en estos momentos, yo me quiero herir, por tí, por el daño.
Y qué saco con decirte que seas feliz, si sé que sólo será un quizás.
Una despedida amarga y distante. Nunca Digna de tí.
Me perderé, quizás, para siempre.
Y duele, duele pensar que lo que soñamos se va.
Que ya no existe, ya se fue. Culpa mía, quizás.
Y sí, tenía la intención, pero fue sólo eso. Por eso todo se esfumó, se perdió.
Algún día volveremos, volveremos a sentir esos tiempos de plenitud.
Me lo atrevo a jurar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Comenta aquí con respeto! Gracias. ah! No me gustan los anónimos y ¿a tí?... es mi blog, así que deje su nombre.