domingo, 18 de abril de 2010

Yo te prometo...


- Pero tu no tienes idea
- ¿Idea de qué?
Una breve pausa los aleja de los pesansamientos y emociones.

-Siempre piensas en tí... ¿Cuándo en mí?
-Ah, ya empezaste.
Él gruñe despacio, pensando que ella no lo percibiría, pero se equivoca.

- ¿Y?, ¿Me llevarás?
-¿ A dónde?
-¿Cómo que a dónde?... Por Dios, mi madre siempre me dijo, "sepárate de este tipo, es un bueno para nada".
- Tu madre, JÁ. Ella alcanzó a leer los labios de su acompañante, algo así como "esa vieja".
- ¿Qué, qué dijiste?, dímelo si eres tan hombre.
-Ya, paremos este circo, cada día te pones más vieja y mas insoportable.

Otra pausa interrumpió el momento, solo el ruido del tráfico se hacía presente en aquel estrecho departamento.

-Y después te quejas de que no te acaricio. Dijo ella cruzandose de brazos.
-¿Cúando me has dado cariño?. Já... ¿tú a mí?, no mientas Martina.
-Ya, sabes que más me voy... claramente allá fuera encontraré a alguien con quien divertirme. - agarra su cartera color marrón, toma las llaves del auto y cierra la puerta con tal fuerza que consigue hacer caer un cuadro apoyado en la pared. Él, atónito, mira por la ventana cómo Martina se va alejando paso a paso.

Él prende el televisor, con una monotonía que ni él comprendía. Mira su reloj, las 4 am y Martina no regresa. Se preocupa, pero el enojo le nubla los pensamientos. Consigue quedarse dormido.
6am Suena el teléfono.

-Aló?
-¿Con el señor Guillermo?
- sí, con él.
- No se alarme pero su novia está grave, tuvo un accidente hace unos minutos.
- ¿ah? - como en trance todo le da vueltas.
-¿Señor, está usted allí?
- a, sí sí. ¿Donde está?
-Apunte.. está en el hospital de avenida Colón con el cruze de América.
-Ok, ok. - Guillermo cuelga el teléfono, no entiende nada, todo gira.. ¿que pasa?, Martina? yo? el auto? un accidente?.

15 minutos más tarde, Martina con oxígeno, inerte.
-Mi amor? escucha?
Ella solo respira, su mente quién sabe donde.
Una enfermera entra
-Señor, el horario de visita terminó.
Él sólo la mira y asiente con un leve gesto.
Camina desorientado por un largo y ancho pasillo, al fondo un ventanal.
Agarra su cabeza sutílmente, y se da cuenta de algo. La quiere demasiado, no se imagina su vida sin ella, entonces ¿Por qué peleaban?, ¿Porqué no se daba el tiempo de escucharla si la amaba tanto?, ¿En qué momento la pelea logró esconder su amor y lo cubrió con rabia y locura?.
Él no quería nada para él, sólo quería verla, verla sonreír, verla caminando descalza como siempre lo hacía todas las mañanas refregandose los ojos.Verla desnuda a contra luz con su figura que quizás no era perfecta, pero a sus ojos era magnífica. Entonces, ¿En qué momento se dejó llevar por aquel repudiable sentimiento del orgullo?, ¿qué fue lo que le cegó los ojos y no dejó ver el amor que en su profundo ser lo hacía feliz día a día?.
Fue entonces en donde corrió, corrió, corrío. Entró a la pieza, la contempló por largos minutos, obviando todo a su alrededor y comprendió que ella era su luz, comprendió que no era nada sin aquella suave y sublime mujercita, vestida siempre de manera ligera y de pies blancos como un papel.
Dijo para sí.
- Esta vez prometo escucharte, quererte y cuidarte. No me dejes solo mi amor.... no ahora..Ojalá no sea tarde, pero te amo...te amo.
Lloró, quizás por primera vez en su vida de forma desesperada.

1 comentario:

  1. Llegó Rivas de visita...
    Muy buena esa iniciativa de tener blog; yo también soy un pionero :B
    Éxito, y póngale más empeño para "redactar sin errores", como Pizarro.
    :D Nos vemooos!

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